Otra noche menos para la final de Wembley. Otra noche más cerca del Real Madrid recuperando plenamente a Courtois, que realizó diez paradas ante el Alavés, algunas de notable dificultad. Y otra noche con la versión más expansiva y fresca de Bellingham (gol y asistencia) y Vinicius (dos goles). Con 5-0, la Real sigue avanzando en su preparación de cara a la final de la Champions y hacia los 99 puntos, lo que sería su segunda mejor marca histórica en una Liga.
5
Courtois, Ferland Mendy, Eder Militao (Rüdiger, min. 71), Nacho, Dani Carvajal, Federico Valverde (Mario Martín, min. 82), Jude Bellingham, Kroos (Dani Ceballos, min. 71), Camavinga (Arda Guler, min. 62), Vinícius Júnior y Rodrygo.
0
Owono, Gorosabel (Nahuel Tenaglia, min. 61), Rubén Duarte, Rafa Marín, Abdel Abqar, Antonio Blanco, Ander Guevara (Guridi, min. 61), Alex Sola (Xeber Alkain, min. 61), Luis Rioja, Ianis Hagi (Joaquín Panichelli, min. 71) y Samu Omorodion
Objetivos 1-0 min. 9: Jude Bellingham. 2-0 min. 26: Vinicius Júnior. 3-0 min. 45: Federico Valverde. 4-0 min. 69: Vinicius Júnior. 5-0 min. 81: Arda Guler.
Árbitro Mateo Busquets Ferrer
Tarjetas amarillas Rubén Duarte (min. 49) y Vinicius Junior (min. 52)
Este punto del curso es extraño. En el Bernabéu se enfrentaron dos equipos que habían zanjado su torneo la jornada anterior. Alavés, salvación; El Madrid, el título, que tras los festejos callejeros del domingo volvió a celebrar en el estadio, al que mostró la 36ª Copa. La situación, en ese limbo que se extiende desde el final de una temporada a la siguiente, o hasta el final de Londres, anunciaba una cierta bajada del ritmo cardíaco. Y sí: la noche deparó varios tramos de galbana en los que la Real jugó sin prisas y el Alavés esperó el mordisco. Eso siempre llegaba.
Aunque el primero lo dio el equipo de Luis García Plaza, situación que, paradójicamente, de algo le pudo haber servido a Ancelotti. Uno de los saques de banda largos de Ianis Hagi acabó en tres disparos dentro del área de Samu, a los que Courtois respondió con tres paradas de reflejos y presencia. En esta larga antesala de la final, una de las dudas abiertas que queda abierta es la del gol. Tras la semifinal ante el Bayern, el belga siguió sumando minutos a su programa de pruebas para ver si puede alcanzarlo antes del 1 de junio. Resolvió esa triple ocasión en el primer minuto, y luego un peligroso disparo lejano de Hagi, y otro de Samu, y después otra aún más comprometida de nuevo por parte de Hagi. Diez paradas.
Mirando a Wembley, que es hacia donde mira el madridismo, el portero dio la impresión de estar más en sintonía que Militão, el otro cruzado, que formó en el centro de la defensa con Nacho en lo que podría tomarse como un casting para elegir al Pareja en Londres de Rüdiger, esta vez suplente.
Más adelante le tocó el turno a la primera unidad, que encontró tramos de agitación en medio del bajo ritmo. Sobre todo Vinicius, siempre con ganas de soltar las piernas y abrir su caja de trucos. Con el brasileño siempre es buen momento de fiesta.
Se divirtió y también Bellingham, que lució más ligero después de sufrir contra el City y el Bayern y descansar contra el Granada. El inglés volvió a aparecer más atacando que persiguiendo a sus rivales. Mezcló por la izquierda con Kroos, Rodrygo y Vinicius. Aunque cuando abrió el marcador, el alemán, que dejó otra lección magistral de gestión del juego, le buscó por el otro lado. Le cruzó un balón que flotó de derecha a izquierda y le cayó al pie izquierdo junto al poste. Bellingham lo tocó ligeramente sobre Owono, tan ligeramente que cuando entró después de golpear el otro poste parecía que no había pasado nada.
El inglés también intervino en el segundo. Filtró un pase al área a Camavinga, que alargó el gancho para controlar el balón, se lo cortó a Blanco y se lo dejó a Vinicius para que lo metiera en la red. El impacto de Bellingham no se detuvo ahí. Incluso antes del descanso asistió a Valverde, que estrelló el balón en el córner.
El Alavés no se desplomó del todo, pero delante se encontró con un Courtois que cada vez se parece más al portero que desespera a lo grande a los rivales.
Del otro lado Vinicius volvió a marcar y Rodrygo acumuló frustraciones. Revés de Güler, que cazó una de las que se le escapaban al brasileño y volvió a marcar. El talento turco no deja ni los rasguños de lo que le cae encima. Fue el final de otra noche feliz que dejó inquieto a Carvajal, que se marchó cojeando con la bota derecha en la mano tras un pisotón de Duarte.
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