El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ha resultado herido leve en un accidente de tráfico ocurrido este viernes en la ciudad de Ramle, a donde había acudido para visitar la escena de un atentado terrorista en el que una mujer resultó apuñalada. Al parecer, el coche oficial del ministro saltó un semáforo en rojo y terminó volcado tras colisionar supuestamente con otro vehículo. Lo más singular de caso es que los escoltas de Ben Gvir han denunciado en más de una ocasión su costumbre de ordenarles cometer infracciones de tráfico.
El ministro había acudido a esta ciudad del centro de Israel donde un individuo apuñaló este viernes a una mujer en la calle, sin motivo aparente, provocándole diversas heridas. Según las fuerzas de seguridad, se trató de un atentado terrorista, si bien admitieron que el autor era «emocionalmente inestable». Después del ataque, varios familiares de la víctima salieron en persecución del agresor, que en plena huida trató de acuchillar a otro viandante. En ese momento, uno de sus perseguidores, que tenía licencia de armas, sacó la pistola que llevaba encima y le disparó con un tiro mortal.
Ben Gvir partió durante unos minutos con la familia de la víctima y la Policía, cuyo trabajo elogió. Luego montó en su sedán negro y se alejó. Solo unos metros. Luego se produjo el accidente, cuyas causas se encuentran bajo investigación. Sin embargo, según las imágenes de una cámara de vídeo perteneciente a un coche aparcado en el lugar, se observa que el vehículo del ministro, llega a un cruce entre dos avenidas, ralentiza la marcha ante un semáforo en rojo, pero no se detiene por completo. Al entrar en el cruce, un automóvil consigue evitarlo, pero otro le embiste lateralmente y hace que el vehículo oficial vuelque de modo aparatoso. Saltan tozos de carrocería y de las lunas por todas partes. Detrás circula un coche de seguridad del ministro, que también rebasa el semáforo indebidamente, pero logra evitar la colisión.
Aparte del jefe de la seguridad israelí, en el sedán viajaba una de sus hijas, un guardaespaldas y el conductor. Todos ellos sufrieron heridas. Un canal de televisión señaló que, al parecer, ninguno de ellos llevaba abrochado el cinturón de seguridad, aunque este extremo no ha quedado reflejado en el vídeo. El conductor del otro coche, cuya delantera quedó destrozada, también resultó herido. El gabinete del ministro señaló que éste solo sufrió lesiones leves y que pasaría la noche en observación en el Centro Médico Shamir, próximo al lugar del accidente.
El siniestro ha llevado a primer plano la aparente afición de Ben Gvir a no respetar las señales de tráfico. En agosto del año pasado sufrió otro accidente también por sobrepasar un semáforo en rojo porque llegaba tarde a una entrevista. No es la primera vez. El titular de Seguridad Nacional tiene en su haber otras infracciones en viajes no consideradas de emergencia, como las propias entrevistas con los medios o las reuniones del Parlamento.
Se da la circunstancia de que Ben Gvir, un conductor tardío que comenzó a ponerse al volante en el año 2000, ha cometido desde entonces 78 irregularidades en la carretera, según la emisora pública Kan. Entre ellas, la irrupción en los cruces con el semáforo en rojo –al parecer, una de sus más habituales–, saltarse líneas continuas, circular a gran velocidad o usar el móvil mientras conduce.
La situación se ha convertido en intolerable para su entorno. En septiembre, el Shin Bet, la agencia nacional de Inteligencia que tiene a su cargo la protección de las máximas figuras políticas del país, ya elevó una queja ante la oficina del primer ministro. La denuncia indicaba cómo el ministro ultraderechisra solía impartir a sus conductores órdenes para cometer infracciones viarias. «Conduce como si fuera el primer ministro. No hay posibilidad de que se quede parado en el tráfico», dijo una fuente anónima a ‘Haaretz’, un diario de referencia en Israel, donde el comunicante añadía: «Esto terminará un día en un desastre».
Ben Gvir, miembro del ala ultra del Gobierno de Benjamín Netanyahu, es ministro de Seguridad, paradójicamente después de que en su juventud tuvo múltiples altercados con las autoridades por su participación en actos radicales de la extrema derecha. Fue acusado más de cincuenta veces durante su juventud, sobre todo por incitación al odio. Cobro popularidad por su participación en tertulias de televisión, que le llamaban porque su carácter agitador inflamaba los debates y elevaba las audiencias. Desde el inicio de la guerra ha hecho declaraciones como la de aconsejar «disparar en la cabeza» a las mujeres y niños que se acercan a la valla de Gaza o decretar la pena de muerte a los presos palestinos para aliviar la saturación de las cárceles.