La final de París tuvo muchas aristas. De fondo, el recuerdo del partido de Kiev, la lesión de Salah tras la acción con Ramos que tanto resentimiento despertó en el egipcio… y, sobre todo a nivel individual, la lucha actual por balón de Oro. Benzema y Salah se presentaron, más aún el francés, como los dos candidatos más fuertes al premio que se entregará el 17 de octubre, antes del Mundial, que no entrará en el concurso de méritos. La Liga de Campeones fue el último gran evento en lucirse…
Aunque Benzema ya estaba muy por delante del egipcio. De él y de cualquier otro oponente. Máximo goleador de LaLiga del Madrid (27 goles a los que añadió 12 asistencias) y una edición inmaculada de la Liga de Campeones: con 15 goles se quedó a sólo dos del récord de 17 establecido por Cristiano Ronaldo ese mismo año. El francés ha marcado en 9 de los 12 partidos disputados. Y pudo ser en el 10, pero su zurdazo en París fue anulado tras una revisión del VAR que duró varios minutos.
Esa noche, del otro lado estaba ‘El Faraón’, Salah. Una Champions mucho más discreta, en la que ha aportado más goles en la fase de grupos (7) que en octavos (solo uno, ante el Inter, en octavos de final). A sus ocho goles en total suma dos asistencias (Benzema, tres). Si Salah hubiera ganado la Champions, habría ganado tres de los cuatro títulos que disputa el Liverpool esta temporada, pero se le escapó, como a la Premier. Con razón, incluso, Mané ha hecho los mismos méritos que él (estar mucho menos mediático), pero también fue una estrella en la Copa de África, que ganó.
«O eres Cristiano, Messi o ganas la Champions», dijo Klopp cuando le preguntaron sobre las posibilidades de Salah o Mané por el Balón de Oro.. Y lo que ocurrió en el Stade de France fue que el delantero del Real Madrid entró en el Olimpo de jugadores con cinco ‘Orejonas’ en su vitrina, poniendo la guinda a la mejor temporada de su vida. En total, entre todas las competiciones, ha puntuado 44 goles (uno cada 89 minutos) y dio 15 asistencias. Números de oro para un jugador que va directo a por su balón.