Euroliga – habitaciones – día de trabajo 2
Tras el revés inicial, el Barcelona rectificó e igualó la serie de acceso a la Final Four de Berlín, aunque no fue fácil. El conjunto azulgrana se enredó en la primera de las batallas, pero en la segunda impuso sus condiciones. Tendrán que ganar al menos uno de los dos partidos en el estadio de la Paz y la Amistad, que la próxima semana no será ni pacífico ni amistoso, pero ese es el precio a pagar por estar en Berlín.
El Olympiacos estuvo tan temible como en el primer partido. Bartzokas, su entrenador, da a sus hombres una capa resbaladiza a la que cuesta agarrarse, pero el equipo de Roger Grimau quiso cortarle las alas desde el primer momento e intentó ser lo más descuidado posible para conseguir una victoria imprescindible. No tenían otra opción, excepto que dentro de unos días se comprometerían con una hazaña homérica que rara vez sale bien.
Nada más salir, fue Laprovittola quien marcó territorio al anotar los cinco primeros puntos de su equipo, tras las críticas que recibió en el primer partido en el Palau, aunque Peters respondió con los ocho primeros del conjunto griego. Las iniciales del argentino fueron los únicos puntos que anotó en todo el partido, pues tras ese brillante inicio volvió a quedarse estancado en el partido, aunque otros cobraron protagonismo.
El Barça tomó el mando durante el primer cuarto. Jabari Parker entró de inmediato en su juego y lideró el despegue, justo cuando Ricky Rubio se retiraba a la banca por un problema en el tobillo. Le costó un poco recuperarse, pero su equipo, bastante metido en el partido, no lo necesitó. Satoransky (7 puntos) tuvo sus momentos, y Hernangómez batalló como un coloso bajo el aro (11 puntos, 4 rebotes). Vesely también estuvo atento a recoger los rebotes (7). La máquina estaba funcionando, que se atascó un poco en el segundo cuarto, en el que el Barça bajó unos grados el nivel, y más en el tercero, cuando apareció por primera vez en el campo la estrella del equipo griego, Milutinov. , que ha jugado poco esta temporada, tras la lesión que le obligó a pasar por el quirófano. Su presencia activó a sus compañeros, especialmente a Williams-Goss. Entre una cosa y otra, el Olympiacos dio la vuelta al partido (54-55), y encendió las alarmas del conjunto azulgrana.
Pero Grimau tenía dos armas letales a su lado. Parker, y sobre todo Alex Abrines, aparecieron y en los últimos diez minutos le dieron la vuelta al partido como un calcetín. El jugador mallorquín anotó dos triples consecutivos que marcaron la diferencia en el marcador. El de Chicago, con sus 24 puntos y su energía, contribuyó a la superioridad del Barcelona en los minutos finales, cuando Bartzokas ya no sabía qué más hacer para que su equipo reaccionara. El equipo local robó para correr a campo abierto y buscó espacios cómodos para lanzar. Recobraron impulso y marcaron la diferencia para lograr la victoria. Ahora tienen que ganar al menos un partido en Grecia para clasificarse para las semifinales en Berlín.
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