La alergia tiene la capacidad de aparecer de un momento a otro sin previo aviso. En los últimos años ha aumentado la incidencia de casos, especialmente los de carácter respiratorio y dietético. Los alergólogos señalan que seguirá creciendo. No sólo aumentarán los pacientes, sino también el valor de este mercado para laboratorios. En concreto, casi el 50% en los próximos cinco años hasta llegar 29.030 millones de eurosde acuerdo a Inteligencia de Mordor. Este será el resultado de una mayor carga de casos e inversión en el desarrollo de nuevos tratamientos.
Estudios epidemiológicos muestran que entre el 10 y el 40% de la población sufre algún tipo de alergia -respiratoria, cutánea o alimentaria, entre otras- en el mundo. Se estima que para 2050 cerca de mitad de los ciudadanos tendrán alergias como consecuencia de cambios en el medio ambiente y el estilo de vida. En el caso de las enfermedades respiratorias, «los pólenes son más reactivos y más resistentes, lo que hace que este tipo de patología esté cada vez más presente», explica la directora médica de Faes Farma, Irene Diez.
Respecto a España, entre un 25 y un 30% de los ciudadanos son alérgicos. En 2023, las farmacias facturarán 246,1 millones con la venta de productos para las alergias, según la consultora Iqvia. En concreto, un 7,3% más que el año anterior (229,3 millones). Además, en 2024 las farmacias ya facturaron 60,2 millones.
El negocio de las alergias es un barco al que cada vez más empresas quieren subirse. Hay una lista de razones por las que lo ven como una oportunidad de negocio.. El director ejecutivo y presidente de Inmunotek, José Luis Buiza, dice que una de las razones es que cada vez es mayor el número de sujetos que exigen ser diagnosticados y tratados. «Hay que tener en cuenta que las enfermedades alérgicas afectan mucho a la calidad de vida de las personas que las padecen y que pueden llegar a provocar situaciones muy graves e incluso mortales», afirma.
Para Irene Diez, una de las razones es que Hay «importantes necesidades insatisfechas». «Queremos terapias cuyo cumplimiento sea lo mejor para el paciente; más específicas y avanzadas, especialmente en aquellos casos de alergia más graves que requieren tratamientos con un objetivo mucho más específico», explica.
Además, mientras en Europa se ha avanzado en un arsenal terapéutico cada vez más específico, selectivo y adaptado a las necesidades de los pacientes, en otros países extranjeros no ha ocurrido así. «Son negocios muy potentes que están creciendo a un ritmo más rápido porque se diagnostican más y son regiones que están entrando en el proceso de industrialización, pero todavía hay espacio para tratamientos más modernos», explica el director médico de Faes Farma.
Además, yoLa investigación en el campo de la alergia tiene dificultades. Buiza señala que dependiendo del tipo de ensayo clínico la complejidad y el costo son diferentes. Un alto porcentaje de pacientes suele ser alérgico a varios alérgenos, por lo que «es difícil reclutar sujetos adecuados en número suficiente y tenemos que recurrir a ensayos multinacionales donde la complejidad y los costes se disparan», afirma. Además, «la concentración ambiental del alérgeno en estudio puede variar por razones climáticas, introduciendo un elemento de incertidumbre que a priori no se puede controlar», añade.
En el caso del desarrollo de los antihistamínicos, Diez dice que “la rinitis aguda es una enfermedad con muchas manifestaciones clínicas, por lo que hay ocasiones en las que es muy difícil en estudios demostrar la efectividad y el beneficio en los diferentes síntomas”. También afecta la patogénesis de la propia enfermedad. «Hay muchas vías inflamatorias o inmunológicas implicadas. Así que se puede tratar una, pero no todas», afirma.
Se necesitan en promedio entre una década y 15 años para investigar una nueva terapia. Actualmente se trabaja para comprender los mecanismos de sensibilización alérgica y mejorar la eficacia y seguridad de los tratamientos.
Por un lado, en el campo de los tratamientos biológicos con anticuerpos monoclonales se han logrado grandes avances, especialmente para controlar situaciones de enfermedades graves, como el asma grave o la urticaria crónica. Por otro lado, en inmunoterapia con alérgenos específicos se están desarrollando biomarcadores que permitan informar sobre el progreso del tratamiento e identificar a los pacientes que se benefician del mismo. «Los últimos desarrollos que han llegado al mercado están más orientados a tratamientos biológicos. Son tratamientos más selectivos, que no sólo mejoran los síntomas de las enfermedades, sino que están más dirigidos a dianas específicas dentro del sistema inmunológico», afirma Irene Diez.
inmunotec fabrica vacunas alergénicas para tratar principalmente alergias respiratorias y también se dedica al diagnóstico in vivo. Actualmente está investigando las alergias alimentarias. En concreto, frutos secos -por ejemplo cacahuetes-, huevos, leche y mariscos, entre otros. Cabe mencionar que hoy en día la investigación es sólo “prueba de concepto”. Por su parte, Farma Faes, que cuenta con antihistamínicos orales de segunda generación para la rinoconjuntivitis alérgica y la urticaria, ha desarrollado en los últimos años otras presentaciones adaptadas a las necesidades específicas de los pacientes. Por ejemplo, las gotas para los ojos antihistamínicos se usan una vez al día.
Diagnóstico de alergia a medicamentos.
El diagnóstico de alergias a medicamentos representa el 19% del mercado (el 42% tiene alergias respiratorias y el 29% alergias alimentarias) y Tiene un valor de 1.000 millones a nivel global. En esto, las herramientas existentes «no cubren las necesidades porque carecen de precisión diagnóstica», afirma el equipo de Bioherent, un puesta en marcha que desarrolla un nuevo producto para detectar este tipo de alergia.
Según Bioherent, el dificultades para entrar en el mercado del diagnóstico de alergias Son fundamentalmente regulatorios. «Lo fundamental es la preparación de los ensayos clínicos. Hay que pasar todas las fases regulatorias para poder tener el marcado CE», afirma. «Pasan alrededor de 18 meses desde que llamas a la puerta del organismo notificado. Además, hoy en día hay expedientes atrasados y no todas las autoridades pueden evaluar este tipo de dispositivos», añade.
Actualmente hay un sobrediagnóstico de este tipo de alergias. Por ejemplo, alrededor del 10% de la población declara ser alérgica a la penicilina, pero la realidad es que sólo el 1% es alérgico. «Al no haber técnicas, no existen procedimientos bien adaptados para desetiquetar a estos pacientes y saber quién es realmente alérgico y quién no. Al final se les trata a todos como alérgicos», explica el jefe del servicio de alergología del Comarcal. Hospital Universitario de Málaga y la presidenta de la Asociación Europea de Alergología e Inmunología Clínica, María José Torres. Por otro lado, señala que España está a la vanguardia en el diagnóstico de alergias ya que tiene una larga tradición de alergólogos y está considerada una especialidad médica.
Bioherent y su nuevo método de detección
Bioherent nació en el verano de 2021 como una spin-off de la Universidad de Málaga. En concreto, nació como iniciativa de dos grupos de investigación de esta universidad y uno del Instituto de Biomedicina de Málaga. Identificaron una brecha en el mercado del diagnóstico de alergias a antibióticos. “Actualmente no hay forma de diagnosticar a un paciente con alergia a un antibacteriano mediante herramientas in vitro. Se realizan pruebas in vivo como una prueba de provocación. Esto puede dar un diagnóstico erróneo y tiene el riesgo de que la persona pueda sufrir un shock anafiláctico. » explica el equipo de puesta en marcha.
La tecnología de Bioherent proviene del campo de las telecomunicaciones y es capaz de detectar biomarcadores en nuestros pacientes a niveles ultrasensibles mediante un análisis de sangre. «Primero nos centramos en el problema diagnóstico de la alergia a la amoxicilina. Luego detectamos un biomarcador, que es la inmunoglobulina específica de amoxicilina, en muestras de suero de pacientes. Ahora estamos en la fase de prototipo», explican. Además, “actualmente estamos trabajando en el tema del diagnóstico de alergia a medicamentos, en tres líneas: realización de cartuchos para alergia a betalactámicos, detección y seguimiento de biológicos que se utilizan en tratamientos contra el cáncer y detección de reacciones de hipersensibilidad alérgicas que ocurren, por ejemplo, preoperatoriamente con anestésicos y otros tipos de fármacos», señalan.
En 2025 esperan tener los dos primeros prototipos para llevarlos al laboratorio y hospitales (Hospital Universitario Regional de Málaga, Hospital Universitario de Salamanca y Clínica de Barcelona) y comenzar a probar en espacios reales.