Luchar contra el envejecimiento es uno de los grandes desafíos de la humanidad. Poder alargar nuestra vida con las mejores condiciones es algo deseado. La ciencia trabaja para ello a través de la investigación y también hay auténticos gurús que afirman haber alcanzado una edad biológica muy inferior a la cronológica.
Sobre este tema, el profesor de Neurología y Ciencias Neurológicas de la Universidad de Stanford, Tony Wyss-Coray, comentó en un seminario que La sangre podría convertirse en una herramienta para combatir el envejecimiento.
El investigador suizo ha demostrado que el plasma de ratones jóvenes mejora la función cerebral y la memoria en los más mayoresY ha centrado su carrera en sangreal que describe como «el órgano que conecta todos los tejidos a través del sistema vascular, y en principio tiene la capacidad de recolectar información molecular de cada célula».
Los ratones viejos mejoraron con la sangre de los más jóvenes
Para estudiar si los cambios que se producen en las proteínas sanguíneas a lo largo de la vida influyen en el envejecimiento mismo, Wyss-Coray transfusión de plasma sanguíneo de ratones jóvenes a viejos y viceversa. Descubrió que el plasma joven promueve la actividad de las células madre neurales y una mejora en la función cerebral y la memoria. En cambio, Los ratones jóvenes con plasma de ratones mucho mayores experimentan un envejecimiento acelerado.
También quedó demostrado a través de análisis de proteínas en sangre de unos 5.000 participantes, que va a envejecimiento a lo largo de la vida y no sólo en la última parte. Aunque existen diferencias entre órganos del cuerpo, incluso entre tejidos o zonas de un mismo órgano. Con un análisis de sangre se puede crear un atlas del envejecimiento del cuerpo.
Según el experto, el análisis de la sangre «Se puede investigar la influencia de las intervenciones sobre el envejecimiento o el riesgo de enfermedad como la restricción calórica, y el papel de las condiciones ambientales y hábitos de vida como el ejercicio.
De cara al futuro y a que su aplicación tenga impacto en la clínica, Wyss-Coray señaló que «Habrá una explosión de ensayos clínicos en los próximos años» explorando esta línea de investigación e incluyendo enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.