Lorena Cádiz
Benalmádena
Viernes, 10 de mayo de 2024, 14:02
La relación de Benalmádena con el cine viene de lejos. El municipio puede presumir de haber hecho historia proyectando películas que se convirtieron en un soplo de aire fresco durante el franquismo. Esto se organizó a través de la Semana de Cine de Autor (SICAB), que entre 1969 y 1989 consiguió situar a Benalmádena y la Costa del Sol en el mapa de los amantes del séptimo arte, atrayendo a un gran público, críticos, periodistas y profesionales del cine, tanto nacionales como extranjeros.
La llegada de la democracia, y por tanto, el fin de la censura, así como el acceso generalizado a muchas actividades culturales, supusieron paradójicamente el fin del festival, que también afrontaba retos económicos a los que no podía hacer frente.
A pesar del final de aquel festival, su recorrido de 20 años dejó huella en los vecinos del lugar, quienes se volvieron «devotos del cine». Esto llevó a que un grupo de jóvenes decidieran unir fuerzas y crear una asociación cultural. Así nació Más Madera. Ya en su 32ª edición, puede presumir de contar con un cineclub totalmente activo, uno de los pocos que existen en Andalucía y en toda España.
Cada jueves por la noche, en la Casa de Cultura de Arroyo de la Miel, Más Madera reúne a todos aquellos que buscan algo más de lo que el circuito cinematográfico comercial puede ofrecer. «Hemos generado una red de gente a la que le gusta nuestra actividad, que asume que la película va a ser buena, que viene de muchos lugares de la provincia, y que a veces incluso viene sin saber qué vamos a proyectar». dice Quique Garrido Caldentey, presidente de Más Madera y miembro del comité durante los últimos 18 años.
Llegando al punto de que la gente ocupe sus asientos en el cine, cada cierto tiempo las 11 personas que componen el comité y que trabajan de forma voluntaria, se reúnen y hablan de las nuevas películas que hay disponibles; se fijan en lo que se proyecta en otras salas independientes, como el Albéniz de Málaga, cuya información se utiliza para elaborar una programación trimestral.
Una programación de «calidad» alejada de los circuitos más comerciales, no porque no nos guste el cine comercial, sino que quien quiera ver una película de Hollywood tiene varias formas de hacerlo. Lo que ofrecemos es un cine de arte, un cine con funcional, didáctico, de manera que transmita valores y además permita al público conocer otras culturas», explica Quique Garrido.
El cine francés o el cine nórdico, además del español, figuran habitualmente en la programación de Más Madera, pero también el cine latinoamericano o asiático. Lo importante es que la película en cuestión se distribuya en España, porque «si no, es imposible». Y muy a menudo, una mejor o peor distribución no tiene nada que ver con la proximidad del país. Según el presidente de la asociación, las películas italianas o alemanas no suelen tener buena distribución en España.
Hasta el momento, la película más singular por su país de origen que se ha proyectado en la Casa de la Cultura de Benalmádena es un largometraje de Bután. «La gente aplaudió mucho al final; era una película de una sensibilidad y una dulzura extraordinarias», recuerda Quique.
En el cineclub Más Madera se proyectan todas las películas, sin importar su país o idioma de procedencia, en versión original subtitulada. «Un cuadro no se retoca, entonces con las películas pasa lo mismo; son una obra de arte y no puedes cambiar las voces porque cambiarás el concepto», señala.
En cuanto al tema, «nada está prohibido». «Está claro que no vamos a poner porno, y al principio partíamos del hecho de que el cine norteamericano ya está suficientemente financiado en las salas, llegando a cubrir el 90% de las carteleras. Teniendo esto en cuenta, proyectamos cualquier tipo de película, de cualquier ideología, aunque casi siempre nos inclinamos por contenidos humanistas».
Medios de comunicación social
Han pasado algunos años desde que Más Madera adoptó las redes sociales; Quizás esta sea la clave de su éxito, ya que actualmente cuenta con 800 miembros. Ellos, así como el público en general, reciben cada semana información detallada sobre la película que se va a proyectar; los premios que ha obtenido; las críticas que ha recibido; y una breve reseña.
A pesar de la calidad de la película, del trabajo voluntario del comité, de la pequeña cuota anual que pagan los socios y de los 3 euros que pagan los no socios (2 euros los socios) cuando vienen a ver una película, nada de esto serviría sería posible si el club no estuviera subvencionado.
El ayuntamiento cede todos los jueves por la noche a la asociación un espacio en la Casa de la Cultura y además proporciona financiación para que Más Madera pueda desarrollar sus actividades sin contratiempos. «Proyectar una película por sí sola cuesta 400 euros, y si además le sumamos el coste de la promoción o una programación regular nueve meses al año, sin una subvención nos sería completamente imposible seguir funcionando».
Cabe mencionar que el financiamiento no es una preocupación para un cineclub modesto como Más Madera. En cada uno de los ayuntamientos de Benalmádena “siempre nos hemos sentido apoyados y valorados”. La preocupación proviene más bien del relevo generacional. «Es difícil», reconoce Quique Garrido. «A los más jóvenes les resulta difícil implicarse en la asociación», afirma. Y eso es clave para el futuro de Más Madera: que siempre haya gente dispuesta a trabajar sólo por amor al cine.