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Mitos y verdades sobre el frío.

Mitos y verdades sobre el frío.

La vitamina C cura el resfriado, pero cuidado, porque si no bebes zumo de naranja recién exprimido se desvanece y pierde sus efectos. Poner una cebolla en la habitación ayuda a superar la congestión nocturna, siempre y cuando no se tome leche, lo que contribuye a crear más mucosidad. El proceso dura tres días de ascenso y tres de descenso con o sin medicamentos y, además, hay que intentar comer aunque no tengas apetito para alimentar tus defensas. Estas son algunas de las creencias sobre el resfriado que se han ido transmitiendo de generación en generación y que, en muchos casos, son falsas. A continuación, repasamos algunos de ellos ahora que llega el otoño y, con él, la tos, los estornudos y las congestiones en forma de gripe o resfriado.

La vitamina C ayuda a curar los resfriados

Es un mito como una casa, tan arraigado en el imaginario colectivo que cuesta creer que por muchos zumos de naranja que bebamos el frío no desaparecerá mágicamente. “No hay ningún estudio concluyente que avale que ni la vitamina C por sí sola ni ningún otro alimento pueda prevenir específicamente los resfriados y mucho menos curarlos”, explica Núria Monfulleda, médica y nutricionista del centro Loveyourself de Barcelona.

No existe ningún estudio concluyente que avale que ni la vitamina C por sí sola ni ningún otro alimento puedan prevenir específicamente los resfriados.


Nuria Monfulledamedico y nutricionista

En este sentido, el especialista insta a desconfiar de aquellos comprimidos «que incluyen vitamina C y cafeína y que resultan tres veces más caros que un simple paracetamol, cuando sus resultados son idénticos». Por otro lado, Monfulleda recomienda analgésicos para bajar la fiebre y mejorar las molestias, si fuera necesario, y señala que «un resfriado dura una semana con medicación y siete días sin ella».

La leche produce moco.

Muchas veces sucede que cuando tenemos congestión nasal lo que más apetece es un vaso de leche tibia con miel. Es el momento en el que alguien de nuestro alrededor nos advierte que la leche produce mocos y es mejor no consumirla mientras estemos resfriados. Aunque esta creencia está muy extendida, de momento no existe ningún estudio científico que avale esta afirmación. De hecho, ocurre todo lo contrario, ya que la leche puede ser un alimento muy recomendable cuando estamos resfriados y no tenemos ganas de comer, ya que contiene nutrientes esenciales como grasas y proteínas.

Un vaso de leche antes de ir a dormir no es lo más aconsejable.

La leche podría ser un alimento interesante para un resfriado

Abierto AI

Una cebolla debajo de la cama ayuda a calmar la tos

Falso. Una vez más, no hay suficiente evidencia científica de que colocar una cebolla debajo de la cama tenga algún efecto para aliviar los síntomas del resfriado. Al parecer, la costumbre de colocar cebollas en las habitaciones de los enfermos se remonta a 1918, cuando un médico empezó a recetar este remedio a sus pacientes durante una pandemia de gripe. La leyenda empezó a extenderse y ha llegado hasta nuestros días, pero en realidad es porque la tos y los síntomas más exagerados siempre acaban desapareciendo con el tiempo, con o sin cebolla.

No debes comer sin hambre

Es cierto, ya que esta afirmación se basa en una premisa básica que muchas veces olvidamos: dormir es curativo. «Si cuando estamos enfermos tenemos constantemente la sensación de que nos ha atropellado un camión y nuestro cuerpo nos pide dormir, es precisamente porque necesitamos utilizar toda la energía disponible en una sola actividad: matar virus y, por tanto, , nuestro cuerpo tiene que entrar en modo de ahorro”. Por tanto, lo ideal es dormir tantas horas como el cuerpo nos pida y no comer si no tenemos hambre, «ya que son momentos en los que, dicho de forma sencilla, todas nuestras células deben dedicarse a combatir la enfermedad y no a hacer la digestión o cualquier otra actividad”, explica Monfulleda.

La miel alivia la tos

Hay información contradictoria sobre la miel y el resfriado.

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Es una afirmación que hay que tomar con pinzas, ya que encontramos información contradictoria al respecto. Por un lado, un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) señala que la miel no sólo no es antioxidante, sino que tampoco tiene propiedades antitusivas ni aporta beneficios sustanciales para el sistema inmunológico. Sin embargo, existen estudios que avalan su eficacia como antitusivo e incluso como antibiótico. Una revisión sistemática realizada por científicos de la Universidad de Oxford y publicada en la revista Medicina basada en evidencia de BMJSeñala que, efectivamente, la miel funciona mejor que los antibióticos a la hora de curar el resfriado, aunque hay otras investigaciones que cuestionan esta conclusión.


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Esto puede deberse a que, dado que los resfriados tienen una duración limitada y los síntomas disminuyen con el paso de los días, es fácil establecer una relación causal muy difícil de demostrar. En cualquier caso, no debemos olvidar que la miel contiene azúcares libres que deben consumirse con mucha moderación, por lo que conviene mantener a raya su ingesta. La OMS recomienda reducir el consumo de este tipo de azúcar al 10% de la ingesta diaria de alimentos (aunque lo ideal es el 5%). En ningún caso se debe aplicar esta recomendación a los azúcares intrínsecos presentes de forma natural en la fruta que, al comportarse de forma diferente, son recomendables en una dieta equilibrada.

Tienes que beber muchos líquidos.

De nuevo, una afirmación que hay que tomar con cautela, ya que bien es cierto que durante los primeros días de un resfriado o gripe la gente suele comer poco, por lo que beber caldos y cremas es una buena forma de obtener los nutrientes necesarios. Además, consumir bebidas calientes como café e infusiones puede aliviar el dolor de garganta y ayudar a mantener las mucosas hidratadas. Según la OCU no es más que un mito, ya que no existe ningún respaldo científico que certifique que beber líquidos ayude a curar un resfriado. Esta organización señala que esta creencia puede haberse extendido porque la fiebre asociada a los procesos gripales puede provocar sudoración y, por tanto, podría requerir una ingesta extra de líquidos, «pero esto nos dará sed, la mejor y más inequívoca señal de la necesidad». de nuestro cuerpo para beber agua”.

Un caldo acompañado de huevo y pan.

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Las infusiones de jengibre son un buen remedio

Cuando estamos resfriados es habitual utilizar infusiones de jengibre, una planta con supuestas propiedades curativas. Según el doctor en Epidemiología Nutricional y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Raúl Zamora Ros, “aunque se utiliza para multitud de aplicaciones, los beneficios de la infusión de jengibre tienen poca evidencia científica”. El experto señala, sin embargo, que más allá de los posibles efectos particulares del jengibre, “las infusiones, en general, son saludables, ya que son una buena fuente de hidratación”.

El ajo ayuda a curar los resfriados

Falso. Así lo afirma una reseña publicada en el Revista de la Asociación Médica Canadiense. La investigación afirma que “los estudios sobre ejercicio físico, ajo y homeopatía mostraron evidencia poco clara de beneficio, mientras que los estudios sobre vitamina D y equinácea no mostraron evidencia. «La vitamina C puede proporcionar algún beneficio en personas bajo estrés físico (por ejemplo, corredores de maratón o soldados en ambientes subárticos), pero no se ha demostrado ningún beneficio significativo para el paciente promedio».

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