Jorge García Cuervaarzobispo de Buenos Aires, fue uno de los principales oradores del homenaje que se realizó este domingo 12 de mayo en el Luna Park al padre carlos mugicaasesinado en la puerta de la parroquia San Francisco Solano del barrio Mataderos el 11 de mayo de 1974.
Además, renovando el compromiso de la Iglesia con los sectores de menores ingresos, un comunicado enviado por el El Papa Francisco, que pidió “que termine la rupturano con silencio y complicidad, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión”.
Acerca de, Monseñor García Cuerva declaró: “No queremos quedarnos mirando al pasado rumiando sobre la nostalgia y la melancolía; ni con el visión nublada por ideologías que sólo nos llevan a discusiones anacrónicas; ni con la mirada cargada de prejuicios y preconceptos, ni con la mirada sesgada y parcial que nos hace creer que somos dueños de la verdad y medidores de la profecía ajena”.
«Parece que estamos acostumbrados a Nuestros niños y adolescentes mueren cada día a causa de las drogas. y el maldito paco que los consume, porque avanza la silenciosa pandemia del narcotráfico, que Utiliza a los pobres como material de desecho.que promueve el sicariato, que seduce a miembros del mundo político, judicial y empresarial con dinero manchado de sangre”, destacó el arzobispo de Buenos Aires.
“Seguimos vadeando entre las descalificaciones y el odio”, lamentó el Arzobispo de Buenos Aires; chapoteamos en el barro de la corrupción; Estamos acostumbrados a chapotear en el barro de los constantes enfrentamientos, mientras los más pobres siguen chapoteando en el barro de las calles de sus barrios sin asfalto y sin plan de urbanización porque asistimos a la discontinuidad de las políticas públicas de integración de los barrios populares. eso se había logrado con el consenso de gobiernos de diferentes grupos políticos y representantes legislativos”.
Recordando al padre Mugica, Jorge García Cuerva aseguró que “en muchos barrios la gente sigue viviendo entre las aguas residuales de no tener alcantarillado, con todos los riesgos que eso tiene para la salud y la calidad de vida de sus habitantes. Pero también nos hemos acostumbrado desde hace años a soportar la podredumbre de la inflación cuál es el impuesto del pobre; yaRecibimos el olor de líderes que rápidamente se vuelven muy ricos y de trabajadores que siempre son muy pobres.; Algo huele mal en Argentina desde hace un tiempo. La corrupción, el individualismo, el sálvese quien pueda, apestan, y casi nos acostumbramos a vivir con esos males”.
En la homilía, el arzobispo de Buenos Aires destacó: “Queremos estar cerca de los más pobres como lo estuvo el Padre Carlos, porque sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos deseos y su propia manera de vivir su fe. No queremos jugar de oído; «Que quienes sufren no son objetos de nuestra caridad, sino protagonistas de sus vidas, que no son rehenes de nadie, que no venden sus derechos y libertades por una bolsa de comida o una promesa electoral».
Para concluir, García Cuerva destacó que “Carlos Mugica dio su vida por los más pobres y por el Evangelio. Lo mataron porque sabían que su muerte causaría un gran revuelo., y apostaban al caos que se cernía como una tormenta sobre los argentinos, que con el paso de los años se volvieron incapaces de exigir paz y libertad. Cincuenta años después prestamos nuestra voz para seguir exigiendo paz y justicia, convencidos de que la violencia no es el camino”.