Fue un toro que estuvo cuatro años preparándose para su cita con la historia. y en una plaza de toros Se ganó la vida y la gloria eterna.. el ganado Victorino Martín Informó este martes en sus redes sociales que recolectores de diezmossu animal más reconocido e imponente, había muerto a los 12 años tras una pelea con sus compañeros: «Ha dejado una descendencia numerosa y probada con la que seguiremos trabajando». Desde ese momento, la melancolía se ha apoderado de todos aquellos que recuerdan aquella tarde memorable en el Real Maestranza de Caballería de Sevilla en la que Manuel Escribano Perdonó a un animal que, con su valentía y humillación, se ganó el regreso vivo al campo. Entre las imágenes icónicas de aquella tarde que pasa a la historia está el regreso al ruedo que se llevó el ganadero con el matador portando el dos orejas simbólicas después del indulto.
De pelo carmesí y calzado con el dorsal 37, el animal desató los ‘olés’ en la Feria de Abril de Sevilla con un derechazo que estuvo a la altura en todo momento. Marcado con el número 2, era una figura clave en la ganadería y algunos de sus hijos incluso habían venido a torear a la plaza de Sevilla. Ahora bien, tras la muerte de Cobradiezmos y tal y como señaló el ganadero, «Volverá al lugar donde se ganaba la vida». «Cuando muera será disecado y entregado a la Real Maestranza, aunque espero que tarde mucho en llegar», expresó en un acto en febrero de 2023.
Una tarea para la historia y el regreso a casa
Después de su intensa pelea y de que la mayoría del público pidiera perdón, el toro de la famosa ganadería fue transportado en camión esa misma noche hasta la finca. Las Tiesas de Santa Maríaen el término municipal de Portezueloen la provincia de Cáceres.
Fue allí donde, con mejores instalaciones que en la Maestranza de Sevilla, el propio ganadero y su hija Pilar, ambas veterinarias, Procedieron a curar al animal.quitando los arpones de las banderillas e interviniendo las heridas provocadas por los dos puñetazos que recibió.
el perdón de recolectores de diezmosque hizo vibrar al público de la Maestranza con su actitud muy valiente, es para el ganadero «uno de los hitos más importantes en los más de cincuenta años de historia de nuestra ganadería, y son muchos».
«El toro -añadió- pertenece a una de las mejores familias de la casa, la de las vacas ‘Cobradoras’ -de ahí el nombre- que ya nos ha dado grandes productos, y ya está en nuestro cuadro de honor junto con otros tan famosos como ‘Murciano’, ‘Jaquetón’, Bolsillero’, ‘Borgonés’, ‘Velador’…»
Sobre el comportamiento del toro indultado, el ganadero destacó varias virtudes y un solo defecto«la de cavar la tierra antes de arrancar, que es, en otros casos, pero no en éste, síntoma de cierta mansedumbre. Pero aun así, todo lo que hizo en la plaza rozó la perfección de la valentía, desde el mismo momento en que subió al ring.
Sobre su actitud en el tercio de varas, Martín señaló que Cobradiezmos se apoyó en el peto del caballo «con mucha fuerza y cola empinada»y luego atacar la muleta «con enorme profundidad, con prontitud y repitiendo incansablemente las salidasuniendo uno con otro sin levantar la cabeza del suelo, haciendo surcos en la arena con el hocico y la pala del cuerno. «Fue memorable».
Dentro de esas emociones «inolvidableque vivió el ganadero en Sevilla es también la vuelta al ruedo que él y su capataz dieron con el torero, el sevillano Manuel Escribano, al que Victorino agradece «que esté a la altura del toro, que no le abrume, que ya es suficiente». . Además, no fue tacaño, sino que lo mostró y lo dejó ver en toda su dimensión.
«Va a ser un gran semental -indicó entonces- y no sólo por su comportamiento sino por su propia morfología. «Es un toro hermoso, un cuadro, bajito y bien formado, a diferencia de su padre, que también era muy bravo, pero tenía un físico más feo y por eso lo saqué temprano de las vacas».
«Además, ya en el campo, entre todos los demás en la camada, Se notaba que era un animal diferente: era ‘muy buena gente’No se metió con nadie. Siempre estuvo muy tranquilo, muy confiado en sí mismo. Eso es lo que siempre les pasa a los toros muy bravos”, se sinceró Martín días después del indulto.
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