Camilo Blanes ha sido uno de los personajes más cotizados de los últimos dos años, con un gran seguimiento en medios asociados al corazón. El hijo de Camilo Sesto inició un proceso de transformación estética, en el que abandonó la expresión de género masculino y decidió pasar a ser conocido como Sheila Devil. Desde entonces, la preocupación de sus seguidores, su entorno y múltiples programas de televisión dominaron su vida.
En muchas ocasiones, esto ha provocado respuestas contundentes y polémicas, como la ocurrida este martes en En boca de todos, el programa matinal de Cuatro presentado por Nacho Abad. Un equipo del programa se ha desplazado hasta su domicilio en Torredelones, donde la reportera encargada de cubrir la información se ha topado con un escenario complicado. Camilín, como lo llama su círculo cercano, les ha tirado un balde de agua a los comunicadores.
«¿Qué estás haciendo?» —recriminó al micrófono, antes de que la periodista de Cuatro pudiera explicarse. Su intención en la localidad madrileña era calmar la preocupación de sus seres queridos, quienes constantemente se han manifestado respecto a sus contenidos compartidos en las redes sociales. “La gente es un montón de parásitos”, respondió, antes de que el periodista intentara iniciar una conversación sin éxito.
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Blanes ha actuado con gestos y risas ante las preguntas del integrante del programa, sin responder a ninguna de ellas. Ante la pregunta de a qué dedica su vida diaria ha sido más contundente. Además de explicar que hace “lo que quiere”, quiso insistir en su privacidad: “Es mi vida. ¿Qué estás haciendo, dime? ¿Algo más?”. Esta es la última instancia en la que Camilo Blanes ocupa titulares y horas de tertulias.
Historia complicada
A principios de año, una serie de videos volvieron a llenar de preocupación a sus familiares. Sheila Diablo compartió una última publicación a través de sus redes sociales, en la que el estado de la casa en la que vive fue cuestionado por seguidores y multitud de publicaciones. Al contrario de lo que suele publicar constantemente fotografías, en alguna ocasión optó por subir un vídeo a Instagram, en el que baila en el comedor.
Lo que más llamó la atención, más allá de su imagen, fue el estado desorganizado en el que se encuentra la casa. Sobre el sofá se podían ver multitud de objetos, entre los que destacaba una cantidad considerable de ropa. En la pista, el abandono era aún más evidente: pares de zapatos, diversos pedazos de basura y botellas de alcohol vacías se acumulaban a sus pies, lo que no le impidió recibir elogios por sus pasos de baile en la plataforma del Meta.
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