Reinaba la incertidumbre sobre la posibilidad de que el partido de este sábado de Rafa Nadal contra el australiano Alex de Miñaur fuera el último del tenista balear en España. Nadal se enfrentaba al jugador que le derrotó la semana pasada en el Conde de Godó y la organización del Masters 1.000 de Madrid había preparado un homenaje especial para el manacorense en caso de que perdiera el encuentro, reconociendo su legado y su importancia en el tenis español. y mundial.
Sin embargo, el homenaje tendrá que esperar para la próxima semana, ya que Nadal recuperó la vitalidad, compuso un gran partido para derrotar a De Miñaur (7-6 y 6-3) y volverá a jugar en la Caja Mágica el lunes, contra El argentino Pedro Cachín. Nadal está de vuelta. El ganador de 22 títulos de Grand Slam y ex número uno del mundo resurgió en segunda ronda, en un enfrentamiento en el que aguantó dos horas sin molestias, y seguirá jugando en Madrid.
En una pista Manolo Santana con 12.000 espectadores, entre ellos el rey Felipe, el partido comenzó con una intensidad palpable, y Nadal rápidamente tomó la delantera al quebrar el servicio de Miñaur en el primer juego. Sin embargo, en el siguiente intercambio, una discusión entre Nadal y el juez de línea agregó un giro inesperado: el español solicitó una revisión de ojo de halcón, pero el juez ya había otorgado el punto. A pesar de los gestos de Nadal indicando lo contrario, el juez mantuvo su decisión. Ante esta controversia, Nadal pidió la intervención del supervisor, aunque su llamado no fue atendido por el juez.
Este momento crucial marcó un cambio en el partido: Miñaur logró igualar el marcador, y en el siguiente servicio, Nadal se recompuso para asegurar un juego sin ceder puntos. Aunque la situación parecía complicarse, Nadal demostró su determinación al quebrar nuevamente el servicio de su rival en su primer intento. La atmósfera en la cancha se encendió cuando la multitud estalló en júbilo, y Nadal, inspirado, comenzó a desplegar su poderosa derecha y celebrar con entusiasmo cada punto ganado.
Al llegar al desenlace del set, la tensión en la cancha era palpable. Cada uno de los tenistas se esforzaba por mantener su nivel de juego, sabiendo que el tie-break decidiría el rumbo del primer set. Fue en ese momento crucial que Nadal logró un pequeño quieto en el primer saque de De Miñaur, pero el australiano resistió con determinación, manteniendo su compostura para llevarse finalmente el primer set.
En este tie-break, presenciamos la esencia del mejor Nadal. Con una tenacidad impresionante, ganó puntos con mítines extenuantes, desplegando su habilidad para defenderse incluso en situaciones aparentemente perdidas, como lo demostró con un globo magistral. La multitud estaba al borde de sus asientos mientras el jugador de Manacor continuaba presionando, consiguiendo otro quieto y acercándose a la victoria con cuatro bolas de set en su haber.
Sin embargo, el destino parecía tener otros aviones. En su primera oportunidad, Nadal cometió una inesperada doble falta, permitiendo que De Miñaur mantuviera viva la esperanza de recuperarse. El australiano demostró su resistencia, defendiendo con valentía otras dos bolas de juego en su servicio. Pero Rafa no estaba dispuesto a ceder, y con su tenacidad característica, forzó una quinta oportunidad de set.
La tensión en la cancha era palpable cuando el balear preparó su revés para lo que sería el punto decisivo. Con un golpe perfectamente ejecutado que encontró la línea, Nadal aseguró finalmente el set por 7-6 después de una hora y 16 minutos de una batalla intensa y emocionante.
ilusionado
El segundo set arrancó con Nadal mostrándose muy sólido, logrando un silencio en el primer saque de Miñaur. El tenista español consolidó su ventaja al confirmar el break y tomar la delantera, mientras que el australiano luchaba por mantenerse a flote en medio del ambiente vibrante de la cancha y la presión impuesta por un balear que no cedía terreno. En el momento crucial, con el marcador en 1-3 y el saque del australiano, Rafa estuvo a punto de tomar una ventaja decisiva en el juego, pero el australiano respondió con dos sólidos puntos para evitarlo.
Nadal, sin embargo, mantuvo su nivel, asegurando su servicio y sumando juegos con relativa facilidad, como lo demostró en el juego en blanco que le dio el 5-3 en el marcador. Con su servicio a favor, Rafa se encontró a un paso de cerrar el partido, y aunque Miñaur resistió con valentía, el español logró romper nuevamente el saque de su oponente en un juego crucial que incluyó dos oportunidades de quiebre, aprovechando la segunda gracias a una doble falta del australiano.
Con esta última rotura, Nadal vendió la victoria con un marcador de (6-7 y 3-6), culminando así un emocionante encuentro en la pista Manolo Santana después de dos horas y un minuto de juego.
«Me levanto con la ilusión de vivir tardes así. Gracias a todos por hacerme sentir esto. Yo fallo pero el público de Madrid no falla nunca», indicó Nadal, que volverá a la pista este lunes en la tercera ronda ante el argentino Pedro Cachín, número 91 del mundo que ha eliminado al francés Tiafoe.