Muy poco basta para que Arda Güler deje huella. Y al Real Madrid con Arda Güler le bastó para acercarse un poco más a asegurar matemáticamente la Liga (le faltan cuatro puntos en cinco partidos) y pasar sin un rasguño, y dando refresco a muchos jugadores, última parada antes del Gran cita que tiene el próximo martes en Múnich, en la ida de la semifinal de la Liga de Campeones contra el Bayern. Los de Ancelotti tuvieron suficiente con el gol del turco para doblar a una Real con más control y más ocasiones, pero no encontraron la manera de batir a Kepa.
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Remiro, Javi Galán, Le Normand (André Silva, min. 89), Álvaro Odriozola (Elustondo, min. 75), Zubeldia, Take Kubo, Merino, Beñat Turrientes (Arsen Zakharyan, min. 66), Barrenetxea (Sheraldo Becker, min. 75), Martín Zubimendi y Oyarzabal.
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Arrizabalaga, Nacho, Dani Carvajal, Eder Militao, Fran García (Camavinga, min. 76), Dani Ceballos (Federico Valverde, min. 68), Brahim Diaz (Rüdiger, min. 76), Aurelien Tchouameni, Modric (Lucas Vázquez, min. . 84), Arda Güler (Vinicius Júnior, min. 68) y Joselu.
Objetivos 0-1 min. 29: Arda Guler.
Árbitro José Luis Munuera Montero
Tarjetas amarillas Arda Guler (min. 15), Le Normand (min. 39), Fran García (min. 55), Zubeldia (min. 70), Aurelien Tchouameni (min. 83), Merino (min. 87) y Nacho (min. 88)
El Madrid salvó así un partido de pasarela. Al principio sólo aparecieron en el campo dos de los que habían jugado contra el Barça, Tchouameni y Modric. Hubo, sin embargo, quien quiso demostrar a Ancelotti que se había equivocado con ellos todo este tiempo, especialmente Dani Ceballos y Arda Güler, quizás también Kepa Arrizabalaga, ahora que el regreso de Thibaut Courtois empieza a vislumbrarse. Y luego Militão, que poco a poco va volviendo de la misma lesión de rodilla que el portero belga.
El brasileño volvió a empezar 32 días después de caer en la primera jornada de Liga en San Mamés, a menos de 100 kilómetros del estadio que le vio empezar de nuevo. Aunque las perspectivas de Militão son otras. Ancelotti está siguiendo su evolución para ver si podrá contar con él en la eliminatoria de semifinales de la Liga de Campeones que se abre el martes y se cierra el miércoles siguiente en el Bernabéu. En el Reale Arena demostró más energía que delicadeza. Estuvo atento, vivaz en las coberturas, enérgico en el choque, pero todavía a cierta distancia del central que seguramente estaría en la salida y en el corte.
El caso de Güler es diferente. El turco, que apenas había disputado 100 minutos en toda la temporada, sólo 36 en Liga, encontró por fin su momento. También el público podrá degustar a un futbolista en el que ha vislumbrado una inspiración extrema, carne de destaque. Los destellos que ha mostrado en el campeonato han sido memorables: un disparo al larguero desde el centro del campo en seis minutos ante Osasuna, un gol ante el Celta en dos. Contra la Real tardó un poco más, pero volvió a marcar cuando no había transcurrido ni media hora. Tchouameni abrió a Carvajal en diagonal por la derecha, el lateral centró al primer toque un centro que atravesó el área y al final del cual apareció el turco para encontrar la red entre las piernas de Remiro.
La jugada ligeramente elaborada resumió el momento del Madrid en el partido. Su relación con el balón también había sido bastante ligera hasta entonces. El ritmo lo marcaba la Real, decidida a consolidar la sexta plaza que les mando a la Europa League la próxima temporada, y no caer a Conferencia. Zubimendi y Turrientes mandaban por el medio y Barrene y Take amenazaban por los costados. El primer tramo vio a Madrid bajo un chaparrón de cruces en la lluviosa noche donostiarra. Nada grave, nada demasiado peligroso, salvo un gol anulado a Take por una falta previa sobre Tchouameni. Pero todo bastante molesto.
El batallón de Ancelotti mantuvo posiciones mientras el batallón de Alguacil manejaba el balón: un plan clásico en el que el Madrid parece atado, desaparecido y acaba mordiendo primero. Encontró el gol antes del partido.
Ya en la segunda mitad, Güler se acercó a Ceballos y Modric, que dejaron otra actuación de clase y entrega sin reservas. No fluyeron demasiado, ni en tramos muy largos, pero fueron apaciguando la amenaza de la Real, en la que Take siguió desafiando a Fran García.
La primera fase de la pasarela duró poco más de una hora, cuando Ancelotti dio entrada a Vinicius y Valverde por Güler y Ceballos. El turco había dejado su huella; El utrerano no encontró el hilo del partido.
El viento no cambió. La Real siguió empujando en busca de su destino europeo. Alguacil dio entrada a Zakharyan, Becker y Elustondo, y Oyarzabal casi empata con un balón picado que desvió Rüdiger con el cuello. El Madrid soportó sin ansiedad el avance del cronómetro. Poco más. Nada menos. Y tras otra noche agazapada, estuvo a punto de ampliar la ventaja con un disparo de Camavinga a quemarropa. Suficiente para volar felizmente la próxima semana a Munich.
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