La dirección de Ford Almussafes (Valencia) ha emplazado a los sindicatos a iniciar la negociación de un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) el próximo 28 de mayo, según ha informado este miércoles el sindicato mayoritario de la planta, UGT. El motivo del que sería el segundo expediente en dos años es la falta de carga de trabajo. De fábrica se ha quedado con un único modelo, el SUV Kuga, del que la compañía acaba de lanzar una nueva versión. Aunque la compañía automovilística asignó recientemente un nuevo modelo multienergía (no tendrá versión puramente eléctrica) a la factoría valenciana, llegará a mediados de 2027 y hasta entonces el volumen de actividad de la planta estará muy por debajo de su capacidad actual.
Ante este escenario, la dirección de la planta acordó prorrogar hasta el 20 de junio un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) que afectará a un máximo de 2.300 personas diarias hasta el 20 de junio, después de que la fábrica abandonara la producción de la furgoneta. Transit Connect, el otro modelo que fabricó junto al Kuga hasta el pasado mes de abril. Antes ya se había despedido del Mondeo, del S-Max y del Galaxy.
El nuevo modelo que llegará en 2027 promete solucionar la falta de carga de trabajo de la fábrica con una producción anual que alcanzaría las 300.000 unidades, tal y como prometió la dirección europea de Ford a UGT en una reunión celebrada este mes. Se trataría de una cifra notablemente superior a las poco menos de 212.000 unidades que la planta de Almussafes montó en 2023, incluidos los cuatro modelos que fabricó el año pasado.
“Para emprender el largo camino hasta que el nuevo vehículo llegue a las líneas de producción, se deben reflejar diferentes cuestiones negro sobre blanco. Por ejemplo, qué volumen de empleo se necesitará, y a cuánto se calcula el excedente final de personal, si lo hubiera”, explica UGT en un comunicado.
Esta misma semana, Ford informó que retiraba de las ayudas de la segunda convocatoria del Perte para Vehículos Eléctricos y Conectados (Perte VEC II) que ya le había asignado definitivamente Industria, unos 37,6 millones de euros, porque sus planes no Ya no incluía la producción de un modelo eléctrico en Valencia. Esto se suma a los 106 millones que también había rechazado del primer Perte VEC, en aquel caso por no poder cumplir con los plazos exigidos para la inversión.
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